martes, 16 de febrero de 2016

De flores y de estatuas

                                  


En nuestro penúltimo día juntos
Dimos un paseo por el cementerio
Viendo las lápidas de los niños
Cuyas vidas habían sido castradas
Antes de florecer

Quizá nuestro amor fue algo parecido
Una promesa procastinada
Un capullo que no terminaba de salir
Una violación inacabada
Con un poso terrible en el fondo

Y la majestad del miedo allá a los lejos
Lanzando guiños desde el pasado
Que se clavaban en mi espalda

La rabia incontenible de tu abuela la gitana
La mirada indiferente de tu padre ciego al amor
La angustia y la impotencia de tu madre
Refugiándose en la certeza de un Dios que no te abandona

La tristeza y la soledad del niño que fui
Que creció en un sueño de películas y aviones y rascacielos
Esperando a su madre en el quicio de la puerta
A que llegara con la maleta llena de regalos y esperanzas
Y acabó huyendo de ella para refugiarse en otras
En todas las otras

¿Qué haríamos tú y yo juntos?
¿Acaso llorar más y mejor?
¿Podríamos ser compañeros algún día?
¿Mirarnos de igual a igual?

Ya no existen las princesas, no en este mundo
Solo existen personas que se cruzan y se miran a los ojos
Solo existen caminos que se encuentran y se desligan
Las flores delicadas serán pisoteadas
Y el hombre de piedra será tallado para hacer estatuas

miércoles, 30 de julio de 2014

Mundo Chillón, el encanto de lo anacrónico



Pedro Chillón es un tipo singular. Con su cara de “yo no he sido”, su barba de señor mayor y ese gusto por todo lo que sea de época. Concretamente, de cualquier época que no sea ésta. Y eso se refleja en su disco “Qué bonito es ser un loser”, un disco que retrata la Gran Regresión; este momento histórico que vivimos quizá sin identidad propia (o quizás somos algunos de nosotros los que renegamos del momento en que vivimos por puro asco a lo que nos rodea, y nos sentimos identificados con cualquier tiempo que no sea el presente).

"Qué bonito es ser un loser" es uno de esos discos en el que todo gira alrededor de unas letras decadentes, irónicas, cargadas de un pesimismo cabaretesco y nostálgico.

Pedro Chillón escribe con honestidad y sin esperar nada. Medio en serio, medio en broma nos cuenta situaciones, esperanzas, desengaños, con una lírica que se puede leer igual que escuchar, acompañado de un gran equipo de músicos (en el que destaca la presencia de Manu Clavijo en el violín y la colaboración de perros viejos como Pablo Carbonell o El Gran Wyoming).




 En cuanto a lo musical, este trabajo nos traslada con elegancia a estilos y lugares con dulce melancolía, empezando desde el jazz manouche, la chanson française, el swing, el tango, aires mexicanos (muy bien resueltos, por cierto) y finalmente, el son cubano en el tema “Anís del mono”.

Lo único que me da miedo de este disco, es que al terminar de escucharlo viaje sin darme cuenta en el tiempo, y muera de tuberculosis o de peste negra, como un verdadero artista de época.

www.mundochillon.com

martes, 1 de julio de 2014

La Jose, Diva del Pueblo


Uno va encontrando personas maravillosas en la vida. Las ve poco y puede disfrutarlas con cuentagotas. Ayer tuve el placer de pasar la tarde con la Jose, una de las cantantes más espectaculares y auténticas que he tenido el placer de conocer, y escuchar su disco en primicia.
Josefina, la antidiva, con esa sencillez llena de luz, me abre la puerta de su casa en Embajadores y me dice “Parece una casa del Opus Dei, ¿verdad?”. Es curioso porque ella, tan anarquista, a mí me recuerda a veces a una monjita, que lo da todo y se queda sin na…
Ya sentados a la vera de una litrona, comenzamos a charlar: el mundo de la música está lleno de entresijos oscuros y La Jose los conoce bien. Ha formado parte de muchos y muy variados proyectos, desde el flamenco hasta el hip hop, y ha sabido mantener siempre su persona por encima de su ego. Por eso nos llevamos bien, porque con ella no hay vuelta de hoja.
 Ahora está ultimando la producción de su primer disco en solitario, grabado junto a Víctor Iniesta en la guitarra (ex Elbicho) y David Cobo en la percusión. El disco cuenta también, cómo no, con la colaboración de lujo de Miguel Campello, entre otros.

Empezamos a escuchar su trabajo, en el que convergen estilos tradicionales que van desde el flamenco y la música sefardí, hasta la jota. Y para qué nos vamos a engañar: el disco de La Jose es un disco raro, de los que no se ven habitualmente. No es complaciente con el que lo oye: obliga al espectador a tomar parte activa para encontrar todos los detalles, para sumergirse en la atmósfera musical que conforma. Porque, ante todo, es un disco místico, que nos va llevando poco a poco hacia Oriente hasta dejarnos en India.


La voz de La Jose sobresale por encima de lo demás, a veces gitana y a veces paya, a veces soulera y a veces lírica, pero siempre auténtica. Esto se une a la honestidad de sus letras, que llaman a los ancestros, a la tierra, como un mantra de agradecimiento, lleno de dolor y poesía, aderezadas con unas líneas de coros muy bien hechas, muy finas, que en muchas ocasiones acompañan en los obligados al resto de instrumentos.
 La otra mitad del disco la conforman la guitarra y las composiciones de Víctor Iniesta, en pasajes elegantes y arreglos muy cuidados, obra artesanal, en los que se ve la impronta de un músico con un gran genio.

domingo, 29 de junio de 2014

Lasmala, algo más que música

Un grupo de música en el que la protagonista no es la música. Nada del otro mundo, ¿verdad? Esa situación la podemos ver en muchas partes, sobre todo en el pop, género en el que la música no es tan importante como la imagen (ya he hablado de esto en otras ocasiones).

 Pero en el caso de Lasmala, la música (cuya calidad es indiscutible), es eclipsada por el proyecto humano que conforman. Es esa humanidad la que me enganchó desde el principio, la sinceridad de sus letras, de vivir conforme a las ideas que promueven y luchar por ellas con ilusión y constancia. Lasmala es una gran familia que muda de país y de idioma sin perder su identidad, que va portando su música universal (por algo sus integrantes forman parte de 7 países distintos) echando raíces en el camino.

 Esta banda, formada entre Chile, Perú y Francia, sabe lo que es arriesgar y jugárselo todo a una carta. Saben mezclarse con todo y de todo sacan provecho. Y en ocasiones se parecen más a un ejército que a un grupo de música, sobre todo cuando hay que adaptarse a la situación. Ellos vinieron por primera vez a Madrid la semana pasada, donde había programado un concierto en la UCM Somosaguas, con el pretexto de recaudar fondos para los detenidos del 22-M. El concierto fue ilegalizado y, por ende, suspendido, gracias a nuestros queridos políticos, que no querían una fiesta antisistema en su feudo madrileño. Después de varias intentonas y con el tiempo pegado al culo la gente de CSO La Gatonera (a los que mando mi más sincero agradecimiento) nos cedió su espacio para realizar el concierto con dos horas de antelación. 

Lasmala montó su concierto en un tiempo récord y dio un show, para mí, magistral, en la okupa de Carabanchel. El público, pese a no ser muy numeroso (50 personas, quizá 60) puede dar fe de lo que estoy diciendo: se veía gente que no daba crédito a lo que estaba oyendo y viendo. En el segundo tema, su mezcla de cumbia, salsa y reggae ya estaba surtiendo efecto y algunos se sentían como si hubiera venido Mano Negra a tocar a la puerta de su casa.

El concierto terminó, cómo no, con el público saltando como si no hubiera un mañana. Nada más irse continuando su gira hacia Francia han dejado un vacío en mi corazón, los muy cabrones. Ese vacío que queda cuando ves una gran película o una gran obra de arte y te quedas un rato en estado de shock, pensando: ¿y qué hostias hago yo aquí parado? Sé que pronto nos volveremos a encontrar y os agradezco, amigos de Lasmala, que hayáis pasado por aquí a regalarme un poco de vuestra luz.

 También he de agradecer la hospitalidad con que la gente de mi barrio recibió a la banda: ACROLA, Colectivo 1984, Fisura producciones… nos lo ponen difícil, pero seguimos en la brecha!

miércoles, 7 de mayo de 2014

España y la endogamia musical

                                   

Como dijo Ska-P, España el país de la patraña. Yo digo España, el país donde la mediocridad es la ley. Hablamos de un país donde la endogamia está en todas partes (en la economía, en la política y, cómo no, también en la música). El trato de favor, el amiguismo, el oligopolio, las alianzas más bien oscuras que se cuecen entre unos pocos son, lamentablemente, la regla general.
 Yo hablo de música porque es lo que tengo más cerca y de lo que vivo. Conozco algunas productoras y a los tipos que trabajan en ellas, conozco a las bandas que tocan en los festivales (no a todas, pero si a las suficientes) para saber cómo funciona este asunto. Yo mismo he vivido la experiencia de formar parte de uno de esos McDonald´s veraniegos de la música.
Los festivales no hacen un esfuerzo por ofrecer tanto un cartel de calidad, sino un cartel que les salga rentable. Eso en principio es algo comprensible, ¿no?  El secreto (a voces) está en 4 promotoras de grupos que hacen y deshacen a voluntad los carteles de los festivales. No es de extrañar, pues, que siempre aparezcan los mismos grupos en la letra grande, cobrando cachés muy generosos, en detrimento del resto de bandas menos conocidas. Porque ésa es otra: la otra cara de la rentabilidad es meter en el festival a varias decenas de bandas emergentes cobrando una miseria (a veces no da ni para cubrir los gastos) con la promesa de una gran promoción en todo el país. Muchas veces en forma de “concursos” que te dan el “privilegio” de participar en el festival. Para que lo entienda todo el mundo esto es como el rollo de los becarios. Ven a trabajar gratis que luego podrás decir que tienes experiencia y bla bla bla… el problema es que van tirando de grupos, luego muchos de esos grupos se van a la mierda y cada año cogen otros nuevos ingenuos para rellenar sus carteles. Ofrecen un festival con 90 grupos de los cuales 70 seguramente no han visto ni un euro.
Según mi punto de vista debería haber una regulación en ese aspecto, aunque en el país que vivimos es impensable, de momento. Pero solo la idea de que una banda que fomenta ideales más bien progres e igualitarios cobre un dineral por un bolo y que se permita que en el mismo escenario vaya otra banda menos famosa (pero quizás con la misma experiencia y profesionalidad) cobrando un caché de broma es algo que hace que me hierva la sangre.
Y ahí entra la responsabilidad de los propios músicos, como yo, que queremos hacernos escuchar a toda costa. Pero no sabemos que lo que estamos haciendo es echar piedras sobre nuestro propio tejado y enriqueciendo a otros a cambio de un minuto de ¿gloria?
Quizá deberíamos querernos un poquito más en ese aspecto. A mí no me importa tocar de vez en cuando y cobrar nada o casi nada, para gente que verdaderamente no tiene dinero para pagarme, o va a destinar sus fondos a una causa x que me parezca legítima, en fin, sin ánimo de lucro. Pero cuando hay gente al lado que está sacando pasta gansa del asunto, deberíamos estar más atentos y no dejarnos explotar, porque la responsabilidad recae también sobre nosotros. Tenemos que luchar por una repartición equitativa del dinero, hacernos respetar y sobre todo, respetar nuestro trabajo.

Porque la música es un trabajo y muchos se dejan la piel entregando su vida a ese trabajo. Piénsalo cada vez que veas a un músico tocando. Puede que sea un juego, sí, pero es el juego de toda una vida y, como dice mi amigo Pablo Penín, a los músicos no nos salen entrecots por las orejas cada vez que tocamos una canción… ¿o sí?

jueves, 27 de febrero de 2014

Señora se está usted colando



Hola gente

Próximamente saldrá la segunda edición en Madrid de mi libro "Señora se está usted colando" que contiene textos, algunos de ellos sacados de este blog, provenientes de mi aberrada y retorcida mente (en su mayor parte). Eternamente agradecido a Rodrigo Córdoba, alma de Zoográfico editorial que, aparte de editar y maquetar el trabajo, ha hecho todas las ilustraciones y me ha apoyado, promocionado, corregido y aguantado, como dice él, para pasar el rato, divertirse y hacer algo bonito.

Yo tengo una visión bastante más megalómana del asunto. Los que me conocéis ya sabéis que en realidad soy un psicópata maquiavélico.

Ah, y por supuesto muchísimas gracias también a Diana Greño Trigueros, que se ocupó de hacer la corrección final con diligencia y simpatía.




miércoles, 19 de febrero de 2014

Camilo Acevedo (o el hombre que ve con las orejas)


Cuando conocí al compositor y guitarrista chileno Camilo Acevedo ya me habían hablado de él. Sin embargo al tenerle enfrente, escucharle tocando y comprender su visión de la música sentí que verdaderamente estaba junto a lo que algunos pueden llamar un genio. Un hombre que es capaz de ver con las orejas, un guitarrista con una sensibilidad superlativa, un superdotado de la armonía.



Camilo Acevedo ha experimentado con las drogas y la música, explorado dentro de su cabeza, encontrando la luz y la oscuridad, y eso se nota cuando uno escucha sus composiciones, que llevan al oyente por caminos tortuosos e inesperados, que están llenos de color, de una narrativa singular, a veces dramática, a veces alegre, pero siempre sorprendente. Camilo es capaz de ver el aura a través de la música, ondas de esa otra dimensión que los humanos apenas podemos intuir. Esa hipersensibilidad la convierte en música. Y eso es lo que le salva la vida.

Para colmo he tenido el honor de compartir escenario con él y Luz Ma, poder conocerle y obtener de sus propias manos el disco de su banda Zeptelar, El color de las cosas (Santiago de Chile, 2013).



10 evocadores temas germinados tras un complejo trabajo de composición (la mayoría de ellos escapan a mi lógica de músico popular). Según palabras del propio Camilo (compositor de todos los temas) la banda ensayó durante un año antes de dar su primer concierto. En este disco se puede sentir un sonido elegante pero cargado de psicodelia, rítmicas inesperadas y un virtuosismo a nivel instrumental que en momentos recuerda a grandes como Hermeto Pascoal o Frank Zappa.


Os dejo los enlaces de este maravilloso trabajo, al que lo único que se le puede reprochar es no contar con un mayor presupuesto.